Cuando el caballo que vamos a coger es
joven, algo rebelde o miedoso, y sobretodo si llevamos poco tiempo en el
mundo de la hípica y para acabar de rematar está en un padock, muchas veces lo
que pasa es que el caballo huye y no podemos atraparlo. Nosotros solemos pensar
que simplemente es porque no quiere que lo cojamos, o que no quiere estar con
nosotros, pero no es así: Lo que pasa es que su instinto le dice que nosotros
somos depredadores, como hace muchos años, y es entonces cuando no se deja coger.
Para conseguir atraparlo tenemos que
estar concentrados para no equivocarnos, e intentar pensar y actuar como haría
él.
PASOS:
1. No mirarlo nunca: Como ya he explicado, los caballos nos ven como depredadores, eso sucede porque en el reino animal, los depredadores tienen los ojos al frente, y las presas a los lados, para mayor visibilidad y poder encontrarlo, si lo hay, al depredador. Por eso cuando nos acerquemos NUNCA debemos mirarlo, es lo más importante, si lo hacemos seguramente no podremos cogerlo aunque ya no lo miremos.
1. No mirarlo nunca: Como ya he explicado, los caballos nos ven como depredadores, eso sucede porque en el reino animal, los depredadores tienen los ojos al frente, y las presas a los lados, para mayor visibilidad y poder encontrarlo, si lo hay, al depredador. Por eso cuando nos acerquemos NUNCA debemos mirarlo, es lo más importante, si lo hacemos seguramente no podremos cogerlo aunque ya no lo miremos.
2. Acercarse con normalidad: Tenemos que acercarnos relajados, como si nada pasara, pero no lentos y sin intentar hacer ruido, porque entonces también lo relacionarán con un depredador y huirán, pero no muy deprisa, simplemente caminar con tranquilidad.
3. Ir con la cabeza agachada: Jamás tendremos que parecer altivos, ya que los caballos relacionan la cabeza gacha con la sumisión, así que nos acercaremos siempre mirando al suelo con la cabeza algo inclinada.
4. La cabezada: ¡Jamás tiene que hacer ruido! Nos acercaremos al animal con la cabezada a la altura de la pelvis, para que la vea, pero no tiene que hacer ruido cuando caminemos, y la cuerda no debe arrastrar.
5. Cuando estemos justo al lado del caballo, rodearemos el cuello con la cuerda, con movimientos firmes y rápidos, de tal forma que quede el cuello rodeado por la cuerda y aguantada por la parte delantera del caballo, a continuación y sin quitarle la cuerda del cuello, le pondremos la cabezada.